(Nota: abajo trae “Recycle paper. Save trees”, recicla papel, salva los árboles) “El arte es una actividad humana consciente capaz de reproducir cosas, construir formas, o expresar una experiencia, siempre y cuando el producto de esta reproducción, construcción, o expresión puede deleitar, emocionar o producir un choque”.
Según esto la publicidad, es un arte o no?
El mensaje publicitario se nutre de los desarrollos estéticos de otras disciplinas culturales y artísticas (literatura, pintura, ilustración, fotografía, música, cine, etc.) lo que le permite herramientas para la estimulación constante del lector-espectador-consumidor, por medio de la variación de las estrategias persuasivas.
Realmente el publicitario debería ser una especie de director de orquesta, que conoce bien y domina cada uno de los instrumentos a su disposición para coordinarlos y obtener el mejor resultado del conjunto.
Pero:
. Hasta que punto el cliente condiciona el arte a sus necesidades de negocio?
. Hasta que punto la necesidad de atenerse a estereotipos, corrientes culturales o políticas, modas... Convierten el posible arte en oportunismo ?
. Hasta que punto la publicidad distorsiona la realidad del producto y sus beneficios?
. Hasta que punto el publicitario está preparado para hacer de una necesidad de mercado una pieza artística?
Si bien no es una regla general, la publicidad intenta representar la realidad que envuelve al producto, reproducir las condiciones de consumo y los beneficios que aporta.
Ateniéndonos a esta definición, surgen dudas y contradicciones, porque ni las aguas adelgazan, ni viajar a Formentera está al alcance de cualquier bolsillo, ni por usar un teléfono X vamos a ser más guays. Ni son las condiciones de consumo reales ni los beneficios son los prometidos, ni los códigos estéticos propuestos coinciden con la realidad social o los gustos y hábitos publicitarios.
Al parecer la Asociación Autocontrol, vigila, controla y denuncia. Al parecer podemos estar tranquilos. Al parecer.
Pero también podemos ser los publicitarios los que luchemos a nivel individual y diario por conseguir una publicidad veraz, en sintonía con la realidad, estética y arriesgar para que sea arte.
Hoy, que vivimos en una sociedad en la que lo cutre está de moda, en la que parece que todo vale y en la que todo el mundo va de puntillas para no salirse de lo social y políticamente correcto, hoy es necesario arriesgar, tener personalidad y luchar por hacer de la publicidad un arte.
La publicidad necesita al arte y el arte a la publicidad.
Bienvenidos a la república independiente de nuestra agencia, donde no hay fronteras ni censuras, donde la ética y el respeto permiten ejercer con libertad para todos por igual, donde la búsqueda de la belleza es tan importante como vender.
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